Explicación y Dedicatorias

Los textos aquí expuestos son una serie de historias escritas por mí como autor aficionado que desearía dar a conocer.

Reconozco que los primeros seis capítulos están bastante "verdes" en lo referente a madurez literaria, por lo que es a partir del septimo capítulo donde considero presente una mayor elaboración y renovación del estilo. (Demostrada en el argumento de dicho capítulo).

A pesar de ello, mantengo esos seis capítulos como una forma de dar a conocer los origenes de mi querido personaje, así como de mi trayectoria literaria y también porque, al igual que un padre jamás reniega de sus hijos, cualesquiera que sean sus defectos, ningún escritor debe jamás avergonzarse de ninguna de sus obras.

domingo, 8 de agosto de 2010

Un gnomo en Ventormenta



Capítulo 7: Alguien tiene que tener la culpa…



Veamos, veamos…Muchas han sido las experiencias y vivencias de Kronüs, así que, ¿por donde puedo empezar? ¡Ah, ya sé! Os relataré las distintas y desgraciadas experiencias amorosas de Kronüs. Ciertamente que el amor es algo complicado, mucha más para alguien que no llega a las sillas, pero…Oh, esperad, alguien llama a la puerta.

Una figura humana se movía lentamente hacia una puerta de brillante madera mientras un sonido como de campana sonaba por toda la casa de forma incesante:

-Voy voy…-Murmuró con pereza a la puerta.- ¿Quién será a estas horas?

La figura cogió el picaporte de la puerta, tiró de ella lentamente y como si estuviese acostumbrada a ello, miro instintivamente hacia abajo. Allí estaba un gnomo de pelo alborotado negro, una barba abundante, unas gafas algo estrafalarias, una túnica de tonos morados y azules y con un bastón hecho de metal oscuro y unas piedras anaranjadas flotantes en un extremo miró a la figura, más alta que él y saludo con una tímida inclinación de cabeza, sin perder una sonrisa afable.

La figura no mostró ningún asombro externamente, aunque ciertamente fue una sorpresa para él ver al gnomo que tenía delante.

-Ah…Eres tú…-Dijo, en un tono pausado y sereno, la figura.

La figura resultaba ser un joven humano, de unos dieciocho años. Resultaba bastante semejante al gnomo. Tenía el pelo largo, alborotado, moreno, llevaba gafas, no tan estrafalarias como el gnomo, y la única barba que mostraba era un incipiente vello de dos días. Sin embargo, este joven mostraba el mismo aire de afabilidad, paciencia, alegría y serenidad. Cierto es, su ropa no podía ser más opuesta a la del gnomo, llevaba una camiseta negra de manga corta, unos pantalones cortos que dejaban ver unas piernas llenas de oscuro vello y una especie de sandalias hechas con alguna clase de material similar a la tela, pero más esponjosa.

Durante un momento existió un silencio carente de toda tensión en la que ambos se miraron de arriba abajo hasta que el Chaval dejo vía libre por la puerta y con un gesto de mano dijo:

-Pasa, por favor.-

El gnomo pasó tímidamente adentro, a un pequeño vestíbulo en penumbra, con un mueble inmenso para el gnomo, hecho de fina madera sobre cuya superficie parecían descansar numerosos retratos, así como un curioso paragüero y un inmenso armario, hechos ambos de madera.

-Venga, sígueme.-Dijo el Chaval, caminando por un corto pasillo sin apenas mirar al gnomo. Giró a la izquierda en la segunda puerta y entró en una habitación.

Cuando el gnomo entró en la habitación lo primero que le llamó la atención fue la cantidad de libros que había. Cierto es que no se acercaba ni de lejos a los que él tenía en su casa, pero resultaba raro ver que una familia pudiese tener tal cantidad de libros, al menos en su mundo.

El Chaval se fijo en la expresión del gnomo y dijo sonriente:

-Je, pues no has visto los de mi padre, pero bueno…Dejando eso a un lado, siéntate, por favor.-El Chaval le ofreció al gnomo una silla extraña, parecía rígida, pero semi-mullida y poseía brazos a una distancia adecuada para un humano; le costó bastante subirse, hasta que el joven humano aplicó alguna clase de magia y la silla descendió en altura, facilitando al gnomo la tarea. El Chaval por su lado se sentó en una curiosa silla azul de metal y madera, aparentemente, que carecía de brazos. Cruzó las piernas, entrelazó los dedos, miró pausadamente al gnomo y finalmente pregunto:

-¿Y que haces aquí, si puede saberse?-

El gnomo abrió la boca para responder y dijo con un tímido tartamudeo:

-Pu-Pues no sé muy bien como ocurrió, ni donde estoy ni quién es usted…--Puedes tutearme, soy aún muy joven para que me traten de usted, jajajaja--Bueno…Pues eso, yo andaba por Dálaran, después de haber sustituido a un profesor en la asignatura de Manipulación de Campos Mórficos, hubo un destello muy extraño, y aquí estoy…-

El gnomo calló, con un semblante que daba la impresión que ni el mismo se creía lo que decía. El Chaval por su parte giró la cabeza, como un perro que ha descubierto algo curioso, y observó sonriente al gnomo:

-Quelle étrange chose.-Dijo al final, en un extraño acento. Meditó durante un momento y al final preguntó:

-¿Qué andabas pensando en ese momento?

El gnomo se extrañó por la pregunta y dijo:

-No creo que eso sea de relevancia.-Y el Chaval rió levemente.

-Andas perdido y confundido en un mundo que no es el tuyo y hablando con un completo desconocido, creo que en tal situación cualquier cosa es relevante, ¿no crees?-

El gnomo se mostró dubitativo pero al final habló:

-Pues…No creo que le interese pero bueno…Simplemente viendo las cosas que habían ocurrido en este ultimo año…Pues, aunque tuvo sus cosas buenas, no creo que haya sido de mucha utilidad, sobretodo para la Orden, y más si tenemos en cuenta la próxima fusión…Y bueno, sé que suena algo pueril, pero pensé que alguien tenía que tener la culpa…-La voz del gnomo se fue apagando, con cierto sentimiento de vergüenza.

El Chaval meditó durante otro largo rato y finalmente dijo para sí:

-Que interesante…-

Al final, el Chaval agachó la parte superior, apoyando los codos en las rodillas y con las manos tapándose nariz y boca:

-¿Cómo puedo decirte esto sin que suene a locura?-

El gnomo miro extrañado al joven, el cual se alzó y miro fijamente al gnomo:

-Kronüs Forjachispas…--¿Cómo sabes mi nombre?--No me interrumpas, por favor, que me estropeas el momento dramático…Ejem, Kronüs…Yo soy tu creador.-

Kronüs miró fijamente al Chaval y al final dijo:

-Esto….-

-¿Sí?-

-Esto…-

-Sí, lo sé, suena a locura.-

-¿Eres un dios?-Pregunto con ingenuidad el gnomo.

El Chaval miró con incredulidad, resistiendo la risa, se había olvidado de la frecuencia con que se daban las divinidades en el mundo de Kronüs.

-Veamos…Esto te sonará raro, pero…Soy escritor, bueno aficionado más bien, y tú, pues eres mi protagonista.-

Kronüs se mantuvo en silencio asimilando.

-Y no me vengas con cosas del estilo “si yo no soy más que un personaje de ficción no tengo razón de ser ni libre albedrío.”-

-Para serte sincero, no había llegado a tal conjetura aún…-

El Chaval suspiró y añadió:

-Mira, puede que yo sea tu autor por así decirlo, pero…Bueno, yo no soy más que un cronista, tú has tenido un pasado a tus espaldas, yo no hago más que redactar los hechos que a ti te han ocurrido.-

-¿Y como sé yo que todo lo que ha ocurrido, cada tristeza, cada alegría, cada decisión que he tomado no ha sido más que fruto de tu egoísta voluntad?-Preguntó levemente enojado Kronús.

El Chaval se mantuvo en silencio durante un momento en silencio, con los ojos cerrados y en serenidad, y al final, habló:

-Kronüs Forjachispas, Emisario de la Orden del Alba Carmesí, hijo de Obni y Shoni Forjachispas, mago de alto nivel, con numerosos alardes y títulos, especializado en la magia de escarcha y habilidoso ingeniero gnómico, actualmente soltero que ha vivido numerosas y desgraciadas experiencias amorosas, y cuyos mejores amigos son Daríus, casado con Azaela y a la espera de un hijo, al igual que Zaera, anteriormente con Velatian, se separaron y ahora ella está con Ratero, miembro exiliado del Vuelo Negro, y ambos también están a la espera de un hijo…-

Se hizo un silencio tras este breve monologo, roto por el Chaval que añadió:

-¿Qué quiero decir con esto? Que si alguien es culpable de tu destino, esos son solo dos cosas: Tú y tus circunstancias. Tú perdiste a tus padres porque Termochufe, enajenado por el poder, ayudó a los troggs a tomar Gnomereggan, no moriste porque tu madre decidió, con todo su amor, que lo mejor era que tú sobrevivieras al menos; decidiste irte a Ventormenta porque odiabas la monotonía de Forjaz, te uniste al Alba por tu corazón bueno y altruista, te hiciste amigo de gente como Daríus y demás, tomados por algunos estratos de la sociedad como seres marginales; porque tanto tú como ellos supisteis ver lo bueno de cada uno en su corazón, todavía no has encontrado a tu amor verdadero porque no has encontrado a aquella mujer que realmente te complementa, y ahora tú estás aquí porque seguro que tu curiosidad no pudo resistir la tentación de asomarte en el Bastión Violeta de Dálaran, a pesar de que estaba prohibido, y seguramente serías absorbido por una fuga de energía táumica que te transportaría por el Vacío Abisal hasta la puerta de mi casa. Tú eres dueño de tu destino, y lo único que lo condiciona eres tú, así como las circunstancias que te rodean… ¿Lo entiendes?-

-Pero… ¿Y por qué soy como soy? Tan inútil y demás…-

El Chaval suspiro exasperado y replicó:

-Tú personalidad es solo tuya, se ha ido desarrollando conforme tus vivencias, y sí, puede que tengas defectos, como cualquiera, pero eso no quita que también tengas grandes cualidades. Como se suele decir:”Hasta en el ser más pequeño arde una chispa de coraje”.-

Tras esto, la mirada de Kronüs se iluminó y dijo:

-Eso solía decir mi padre…-

El Chaval asintió y añadió con una sonrisa humilde:

-Un gran gnomo, desde luego, tenía unas frases hechas que eran alucinantemente alucinantes.-

Kronüs, se mantuvo en silencio pensativo mientras el Chaval salió de la habitación, se oyó un fluir brusco de agua y volvió con un vaso de cristal de forma curiosa lleno de agua, se sentó y bebió, observando al gnomo. Al final dijo:

-A ver… ¿En que andas pensando tú? No es normal que estés tan serio, lo sabré yo, ¡jajaja!-

-Es precisamente eso…-Respondió en un tono quedo Kronüs.

-¿El que?-

-Esto…Veamos…Se supone que yo soy el protagonista de sus sagas.--Bueno, yo no las considero sagas, la verdad.-Puntualizó el Chaval.

-Bueno, la cuestión es… ¿Cómo alguien como yo puede ser el protagonista? Soy tan…-

-Torpe, tímido, inocente, formal, serio, un “sangre-horchata”, cabezota, no sabes mentir, demasiado confiado, no te das cuenta de que la gente se aprovecha de ti, algo infantil, testarudo…-Enumero el Chaval.-Pero también eres humilde, inteligente, alegre, de buen corazón, calmado, sereno, constante, paciente…-Se agachó levemente, mirando a los ojos al gnomo mientras sonreía.-Me gustan esa clase de personajes, me recuerdan a alguien que conozco…-El Chaval se levantó y se mantuvo con la mirada perdida hacia el exterior de la ventana. Kronüs le miró extrañado. Se produjo un silencio, roto al cabo de un rato por el Chaval:

-¿Sabes? Hay un viejo dicho entre los escritores que dice:”Creamos a nuestros personajes semejantes a nosotros porque envidiamos a su vida…”-Kronüs no entendía muy bien lo ocurrido pero cabeceo levemente para dar a entender que comprendía lo dicho.

El Chaval prosiguió hablando:

-También hay una curiosa teoría por parte de los metafísicos que dice que cuando se toma una decisión se crean universos, en cada uno de los cuales la persona ha tomado una opción o la otra…Así, tú decidiste abandonar la monotonía de Forjaz para ver mundo, conocer gente, mejorar tus habilidades, ayudar y vivir aventuras…-Dijo esto mientras se paseaba por la habitación, contemplando los libros que había casi en las cuatro paredes, hasta que se paró delante del escritorio, el cual acarició levemente con los dedos de la mano.-Y, sin embargo…En otro universo…Ese pequeño ser tímido y estudioso, decidió no romper con la monotonía, seguir estudiando, metido en sus libros, sin mayor horizonte que las cuatro paredes que le rodeaban y sin ningún sueño que perseguir…-Dijo esto último con la mirada perdida y en un tono que parecía que hablaba consigo mismo más que con Kronüs.

Se produjo otro silencio, más breve, hasta que el Chaval se giró y dijo sonriente al gnomo:

-Deberías agradecer la vida que tienes, don’t you think so?-

Se sentó en su silla y se reclinó, con las manos tras la cabeza contemplando el techo de la habitación. Kronüs, ya más animado, preguntó:

-¿Y que es lo próximo que me espera?-

-No lo sé.-Respondió en tono neutro el Chaval, sin apartar la mirada del techo.

-Has mencionado más de una vez lo del amor, ¿quiere eso decir que finalmente encontraré el amor verdadero.-

-Je ne sais pas.-

-¿Venceré algún terrible y poderoso enemigo?-

-I don’t know.-

-¿Sabes acaso algo?-Preguntó en un tono entre exasperado y levemente divertido por la actitud del joven, sin apenas preguntarse como podía entender al Chaval cuando hablaba en otro idioma.

-Solo sé que no sé nada, como se suele decir, ¡jajaja!-Dijo en un tono solemnemente divertido.-Yo no soy más que un cronista, por así decirlo, yo solo sé lo que los vientos de la mente me traen.-

El gnomo miró extrañado al humano y le preguntó:

-Eso último te lo acabas de inventar, ¿no es así?-

-Puede ser, pero como se suele decir, todo aquello que el hombre es capaz de imaginar es susceptible de llegar a ocurrir; además, queda muy dramático, ¿no crees?-

-Entonces, ¿qué es lo próximo que me va a pasar?-

El Chaval se encogió de hombros y respondió:

-No lo sé, sinceramente, las cosas están por llegar, dale tiempo al tiempo, como se suele decir. De una cosa estoy seguro, en mis anteriores “crónicas”, por llamarlas de alguna forma, me centraba demasiado en la actividad del Alba, cuando tú…Sí, tú, eres lo más interesante de la historia.-

-¿Yo?-Preguntó extrañado el gnomo

-Así es, al fin y al cabo nuestro querido amigo el gnomo guarda más de un as en la manga, ¿no es así?-Dijo en tono burlón hacia el gnomo.

El gnomo no mostró sorpresa alguna y replicó en un tono neutro:

-Tú…-

-Ah, que cosas pueden llegar por parte de las malas lenguas, ¿no crees? Sorprendentes, sí señor, desde luego, sin ninguna duda.-Dijo rápidamente en un tono burlesco.

El gnomo bajó la vista en silencio durante un tiempo, el cual aprovechó el Chaval para salir de la habitación y volver de nuevo con el vaso lleno de agua. Dejó el vaso en la mesa y se sentó. Por un breve espacio de tiempo dirigió la mirada un curioso aparato negro y rectangular con una pantalla luminosa, en el cual Kronüs no se había fijado antes.

Finalmente, Kronüs optó por hacer la siguiente pregunta:

-¿Cómo te llamas?-

El Chaval se giró lentamente hacia Kronüs y dijo de forma tajante:

-Eso no es relevante.-

Kronüs mostró sorpresa por la tajante respuesta, y preguntó entonces:

-¿Y que es relevante, pues?-

-Aquello que tú consideras, y puesto que tú tienes en el interior de ese cúmulo de pensamientos y conocimientos al cual llamas mente una pregunta que te lleva punzando desde hace rato, una pregunta tan trivial como mi nombre carece de toda la relevancia posible, sobretodo si tenemos en cuenta que seguramente no volverás a verme y ni siquiera me recordarás.-

Kronüs se mordió el labio inferior pensativo y preguntó entonces:

-¿Qué es lo que debo hacer ahora? Con mi vida y demás.-

-¿Qué que vas a hacer? Menuda pregunta…Pues seguir entrenando como ya lo has hecho, te has esforzado mucho, has trabajado duro, has inventado el Fulgor del Alba, si bien nunca ha sido usado, la verdad; has entrenado día sí y día también mejorando tus habilidades considerablemente…Es hora de que busques tus sueños sin tesón, ¿o no eras tu aquel inocente gnomo que hace aproximadamente un año se fue a Ventormenta porque deseaba estudiar mucho para convertirse en Archimago de Dálaran?-

-Jum…-Se mostró dubitativo el gnomo.-Sueños…Los sueños hoy en día son inalcanzables…--¡No!-Cortó bruscamente el Chaval por primera vez molesto y sin su sonrisa típica.-No pienses eso…En este mundo, mi mundo, mucha gente ha caído en el mismo pozo…Se han olvidado que la esencia del hombre son los sueños…Sueños que hacen surgir una voluntad de poder, de autosuperación para convertirse en lo que siempre han deseado…¿Qué los sueños ya no tienen cabida en este mundo? Te diré una cosa pequeño gnomo…-

Cogió su vaso de agua y empezó a bebérselo entero, de un trago. Al final lo dejó de forma rotunda sobre la mesa y exclamó:

-¡Los sueños nunca acabarán!-

El gnomo se quedo perplejo ante la reacción del Chaval y no se percató de que este movía la mano hacia una de las teclas del extraño aparato, y mirándolo con cierto aire de nostalgia y tristeza dijo:

-Adiós Kronüs…Me ha encantado verte en persona…-

El Chaval apretó una tecla, se produjo un sonido retumbante, como una puerta de hierro que se cierra, y Kronüs empezó a desvanecerse poco a poco, presa de la confusión.

-Ve…Y no dejes de buscar tus sueños…Hazlo por los dos…-

Cuando el gnomo hubo desaparecido completamente, sin haber tenido la oportunidad de decir algo, el Chaval se reclinó de nuevo en su silla, esta vez fijando la mirada hacia la pantalla brillante y masculló para sí.

-Que raro ha sido todo esto…Pero es buen material…-

Alzó la mirada hacia el techo, colocándose un lápiz en la boca y jugueteo levemente con él haciendo uso de los dientes.

-Los personajes…No se dan la cuenta de la suerte que tienen…Nuestros nombres desaparecerán con el paso del tiempo…Pero los suyos perdurarán por la eternidad…Eso me hace dudar… ¿Quién de los dos es más real? Jum…-



Continuará…

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